Pero Cúcuta también es la sucursal
de los huecos, de los crecientes homicidios, tierra de narcos y bacrim, que a
la final vienen siendo los mismos bandidos, la misma ¡mierda! En donde el que
hace un patrimonio económico sólo le esperan dos caminos; ser tildado por el
gobierno como narcotraficante o lavado de activos, como es el caso de varias
personalidades de la ciudad (muchas ya fallecidas) o ser – vacunado – por los – paras – que son
los dueños de la región, como es el caso de la mayoría de tenderos o
microempresarios que apenas ganan para sostener sus familias, comprar la amortiguación
a sus carros viejos, y pagar el predial de sus casas.
Hoy en día el trabajo de moda es
ser –colaborador de las bacrim –. En el barrio, el que menos pensamos, el señor
del – chuzo – de la esquina, le pasa información a esta gente. Los niños que
andan en ciclas por la calle, son enviados por esa gente. Las personas que
caminan después de las 10:00 pm, son enviados por esa gente, entonces, ¿Dónde
carajos está el gobierno?
La policía siempre que la
comunidad pregunta, recita como un padre nuestro o un ave maría; los homicidios
han bajado, los hurtos se han logrado contener, las amenazas han cesado, pero
lo que los ciudadanos ven y perciben son cementerios cada día más llenos, amigos,
familiares o conocidos, víctimas de robos de un celular, cicla, e incluso
saquean más casas que en tiempos pasados, los denuncios por amenazas crecen
tanto como la enfermedad del SIDA, entonces dónde quedan esas estadísticas
señores comandantes. (Comandantes de la policía aclaro)
El presidente de la República,
Juan Manuel Santos viene y lo pasean por la avenida libertadores, pero no se
toman el trabajo de llevarlo por el canal Bogotá que se encuentra en pésimo
estado, ni de transitar por las calles en donde hay semáforos, aunque no paren,
para que por lo menos vea el caos que causan estos artefactos no sirvientes.
Siempre el político de turno
promete y promete pero nunca lo – mete –
Los honorables Representantes y
Senadores que elegimos en la región, sólo sirven para robar, robar pantalla en
la televisión. Para comprar, no votos, no me mal interpreten, sino para comprar
imagen positiva en los medios de comunicación, pero también sirven para generar
empleo, pues hay mucho sicario que estaba aguantando hambre.
Pero ¿Hacen algo por la región? En
realidad no. Se dedican a vivir en sus mansiones, (No me pregunten cómo 16
millones les alcanzan para ostentar esas vidas) de su casa quinta en Bogotá a
su casa quinta en Cúcuta. Y los pobres – toches – (así nos llaman a los
cucuteños) siempre estaremos – llevando del bulto – del bulto que nos regalan
como mendigos los políticos, la corrupción y la misma sociedad que nos corroe.
Sólo espero que esta situación cambie, que por lo
menos Juan Manuel Santos, nos quite la guerrilla de las vías rurales del
departamento. Que Edgar Díaz, por lo menos genere unos puestos de trabajo, no
de corbata para sus amigos; sino de pico y pala en mano reparando al menos la
malla vial de Norte de Santander. Y esperemos que el mesías, perdón, y que
Donamaris, tape al menos unos huecos de los millones que hay, porque si en algo
es rica Cúcuta, aparte de políticos corruptos y gente maravillosa; es en grandes huecos y
semáforos dañados.Heider Logatto Cuadros.
Estudiante de Comunicación Social.
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