Por un lado afirman que quieren
la paz y se hacen llamar – Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia,
Ejército del Pueblo – y por otro lado, secuestran, masacran, fabrican cocaína, ponen
bombas indiscriminadamente y aparte de esto instalan minas anti-personas que
mutilan, asesinan y bañan de sangre las mansas tierras por donde estos bandidos
se mueven, cegando la vida de población civil, policial y militar con los
ataques indiscriminados los cuales cada día se hacen más fuertes, no sé si porque
estén debilitadas, o por el contrario, tanta propaganda política les ha surgido
un buen efecto de renovación.
Las últimas víctimas; Un policía
que, saliéndose de su normal rol, acudió al llamado de una persona para
socorrer a una señora que estaba dando a luz, nacía un niño, que probablemente
en unos años podía haber sido un gran pensador, o de pronto sacerdote, o tal
vez policía tocado por ese ser que lo ayudaría a nacer, pero esto nunca
sucederá, porque antes de que viera la luz del radiante sol que iluminaba la
que iba a ser su casa, balas de los terroristas de las Farc acabaron con la vida
de su mamá, de la partera y del policía que tal vez sería su padrino en unos
meses.
Es ahí donde debemos pensar y
reflexionar. ¿Vale la pena premiar a estos terroristas con un Marco Jurídico en
donde se les ofrece una salida política al conflicto? En donde les decimos; "Ey!
Oiga mire, entréguese y monte un partido político y en 1 añito le doy una
embajada, o postule su nombre para la Alcaldía de Bogotá que eso ahí lo elegimos…" A
caso ¿es eso lo que queremos? Porque personalmente lo único que quiero para con
estos bandidos es bombardeos y balas por parte de las Fuerzas Militares.
Devolverles tan sólo un poco de lo que ellos nos han mandado.
Si nos detenemos y leemos sobre
los hijos de estos bandidos, muchos, por no decir que todos, se encuentran en el exterior, estudiando,
comiendo, vistiéndose y enriqueciéndose de los dineros de las drogas,
secuestros y extorsiones que hacen sus papás o tíos aquí en Colombia.
Como colombianos debemos repudiar
y condenar cada vez que este o cualquier
grupo terrorista cometa actos delictivos en contra de la población civil, policial
o militar. Tenemos por obligación moral que ser consecuentes con la propia
historia de nuestro País.
Heider Logatto Cuadros.
Estudiante de Comunicación
Social.
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