martes, 10 de julio de 2012

Para mi amiga Alejandra Omaña.

Escribo con un poco de afán y cansancio, sentado en el orillo de mi cama,  pues no tengo silla en mi escritorio, los mosquitos me atacan sin piedad, y el calor debe estar por lo menos a 34´.
ah! se me olvidaba, y ya casi empieza `Pablo Escobar, el patrón del mal´

En un país como Colombia, corroído por el óxido de la corrupción que ha logrado permear a todos los estamentos del estado, sociales y religiosos, y cuyos bandidos han entrado es por la puerta grande, cómo pedir que un par de policías en un caso apartado que no compromete la institución entera, o en cuya mayoría de estos eventos son tan sólo `bachilleres´ con un `bastón´ en sus cinturas, y un grado de intelecto menor que el mío, pues ya estoy en la Universidad pasando por ella y no ella pasando por mí, pretendamos que estos jóvenes de cara, pero niños de pensamientos, respeten los 450cc de silicona que Alejandra Omaña, tan orgullosamente porta en su cuerpo; cuerpo que parece el de toda una modelo, pues le ha valido para sacar 5,0 en parciales de la Universidad. Y no me mal interpreten, el 5,0 no lo ganó mostrando sus atributos en privado a algún profesor, cosa que suelen hacer muchas niñas.

Por el contrario, Alejandra se ha destacado por ser `pila´ demostrando un trabajo serio, de calidad, bien hecho, y con amor, como pocos lo hacen.

En una institución del tamaño de la Policía Nacional, en donde hay más de 160 mil hombres, es algo absurdo pretender que un solo policía de estos, no le pida el pin a una mujer hermosa, o no le pegue a su esposa, puesto que son agentes no quiere decir que no sean personas con errores, o brutos con sueldo.

Todo esto lo que demuestra es que la institucionalidad del país carece de políticas sociales, éticas, de respeto hacia toda persona, pues son ellos los encargados de velar por nuestra seguridad y bienestar, pero curiosamente son quienes más se ven envueltos en problemas contra la comunidad.

Se deben tomar correctivos, concientizar  que si una mujer, independientemente de que tenga los 450cc de silicona de Alejandra o quizás como otra amiga mía, que parece que le sacaron lo poco que tenía, se debe respetar, pues en Colombia, desde niños y desde nuestros hogares, nos han enseñado frases tan `coloquiales´ como  `agárrele el culo a la niña´ o `papito dígale, qué tetas las que tiene´ entonces ¿qué podemos esperar de estos burros con capacidad de razonar?

Estamos frente a un problema de machismo agudo, en donde el hombre ve a la mujer como un simple objeto sexual, como un medio para satisfacer sus necesidades sexuales al mejor estilo de un perro en celo.

 Pensamos que si una mujer tiene un buen puesto, carro, salario y es estudiada, entonces es porque tuvo sexo con personas que la ayudaron a posesionar el puesto en el que están.

Los atributos de toda mujer son para admirar, respetar y amar, bien sea que las tengan grandes o pequeñas, caídas o paradas, no para generar morbosidad, insulto o intentar sacar provecho a ello de una situación, como lo pretendían hacer los policías con Omaña, como dice su tatuaje.

Y es que mujer como esta, pocas he visto. Bien parada en el lugar en donde deberían estar todas las mujeres, pues quizás en el pin de los policías habrá muchas iguales, pero estoy  seguro de que nunca figurará en sus contactos una con el nombre de Alejandra Omaña.

Pensaron valerse de un uniforme para lograr su cometido. Pero de algo sí estoy seguro; y es que a esas personas, no les quedarán ganas de volver a pedirle el pin a una mujer bonita, en moto, bien vestida y con 450cc de silicona, así se le hayan quedado los documentos.

Con cariño, para mi amiga Alejandra Omaña.

Heider Logatto Cuadros.
Estudiante de Comunicación Social.

1 comentario:

Bienvenida la discrepancia; con argumentos y respeto.