Escribo con un poco de afán y
cansancio, sentado en el orillo de mi cama, pues no tengo silla en mi escritorio, los
mosquitos me atacan sin piedad, y el calor debe estar por lo menos a 34´.
ah! se me olvidaba, y ya casi empieza `Pablo Escobar, el patrón del mal´
En un país como Colombia, corroído por
el óxido de la corrupción que ha logrado permear a todos los estamentos del
estado, sociales y religiosos, y cuyos bandidos han entrado es por la puerta
grande, cómo pedir que un par de policías en un caso apartado que no compromete
la institución entera, o en cuya mayoría de estos eventos son tan sólo
`bachilleres´ con un `bastón´ en sus cinturas, y un grado de intelecto menor
que el mío, pues ya estoy en la Universidad pasando por ella y no ella pasando
por mí, pretendamos que estos jóvenes de cara, pero niños de pensamientos,
respeten los 450cc de silicona que Alejandra Omaña, tan orgullosamente porta en
su cuerpo; cuerpo que parece el de toda una modelo, pues le ha valido para
sacar 5,0 en parciales de la Universidad. Y no me mal interpreten, el 5,0 no lo
ganó mostrando sus atributos en privado a algún profesor, cosa que suelen hacer
muchas niñas.
Por el contrario, Alejandra se ha
destacado por ser `pila´ demostrando un trabajo serio, de calidad, bien hecho,
y con amor, como pocos lo hacen.
En una institución del tamaño de la
Policía Nacional, en donde hay más de 160 mil hombres, es algo absurdo
pretender que un solo policía de estos, no le pida el pin a una mujer hermosa,
o no le pegue a su esposa, puesto que son agentes no quiere decir que no sean
personas con errores, o brutos con sueldo.
Todo esto lo que demuestra es que la
institucionalidad del país carece de políticas sociales, éticas, de respeto
hacia toda persona, pues son ellos los encargados de velar por nuestra
seguridad y bienestar, pero curiosamente son quienes más se ven envueltos en
problemas contra la comunidad.
Se deben tomar correctivos, concientizar que si una mujer, independientemente de que
tenga los 450cc de silicona de Alejandra o quizás como otra amiga mía, que
parece que le sacaron lo poco que tenía, se debe respetar, pues en Colombia,
desde niños y desde nuestros hogares, nos han enseñado frases tan `coloquiales´
como `agárrele el culo a la niña´ o `papito
dígale, qué tetas las que tiene´ entonces ¿qué podemos esperar de estos burros
con capacidad de razonar?
Estamos frente a un problema de machismo
agudo, en donde el hombre ve a la mujer como un simple objeto sexual, como un
medio para satisfacer sus necesidades sexuales al mejor estilo de un perro en
celo.
Pensamos que si una mujer tiene un buen
puesto, carro, salario y es estudiada, entonces es porque tuvo sexo con
personas que la ayudaron a posesionar el puesto en el que están.
Los atributos de toda mujer son para
admirar, respetar y amar, bien sea que las tengan grandes o pequeñas, caídas o
paradas, no para generar morbosidad, insulto o intentar sacar provecho a ello
de una situación, como lo pretendían hacer los policías con Omaña, como dice su
tatuaje.
Y es que mujer como esta, pocas he visto.
Bien parada en el lugar en donde deberían estar todas las mujeres, pues quizás
en el pin de los policías habrá muchas iguales, pero estoy seguro de que nunca figurará en sus contactos
una con el nombre de Alejandra Omaña.
Pensaron valerse de un uniforme para
lograr su cometido. Pero de algo sí estoy seguro; y es que a esas personas, no les
quedarán ganas de volver a pedirle el pin a una mujer bonita, en moto, bien
vestida y con 450cc de silicona, así se le hayan quedado los documentos.
Con cariño, para mi amiga Alejandra
Omaña.
Heider Logatto Cuadros.
Estudiante de Comunicación Social.
escribes como un completo cretino bufon
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