Venezuela vive momentos
difíciles, quizás los más difíciles en las últimas décadas. Hoy, Las FF.AA al
mando de un individuo que aparenta ser Jefe de Estado, están acribillando,
masacrando y asesinando vilmente a la población civil.
Esta batalla campal que
lleva más de un mes y, a apagado la luz de vida de más de 36 personas, no es
otra cosa que la represión de un régimen totalitario, una organización criminal
sin igual que pretende robarse hasta el pensamiento de los habitantes de este
bello país.
Una dictadura que lleva más
de 15 años acabando con la inversión, robando el erario público, adueñándose de
los medios de comunicación y, regalando los recursos de hidrocarburos que por
derecho le pertenecen al pueblo, pero que son endosados a países que al mejor
ritmo de una sanguijuela, chupan y desangran a la hermana república
bolivariana, todo a cambio de una voz de apoyo al tirano que se encuentra en el
Palacio de Miraflores.
A pesar de que las únicas
armas del pueblo son las pancartas y los trapos con los que se tapan la cara de
los ataques lacrimógenos de los uniformados, reciben lluvia de tiros que dejan
los cuerpos inertes tirados en las calles llenas de sangre. Sucumbiendo ante el
aplastante poder del fuego oficialista.
La comunidad internacional,
indolente y cómplice del canalla que ilegalmente ocupa el cargo de Presidente
de la República Bolivariana de Venezuela, es culpable también de las muertes que allí cobra la represión abismal de la dictadura.
Valerosos EE. UU, Paraguay,
México, Canadá y Panamá, que han alzado su voz de protesta en contra de las
constantes violaciones de Derechos Humanos que se realizan a cada instante.
Los organismos
internacionales que deberían ejercer veeduría y justicia, están cegados por el oro negro y
los petrodólares que se desvían de Venezuela hacia otros destinos
desconocidos. O bueno, ya no tan desconocidos.
Solo hasta que el usurpador
de las elecciones del 14 de abril de 2013 abandone el cargo, cesará la cacería
que se ha emprendido contra todo aquel que piense distinto a la dictadura,
contra todo aquel que tenga deseos de salir adelante, contra todo aquel, que
siquiera sueñe un mejor futuro para sus hijos.
Heider Logatto Cuadros
Estudiante de Comunicación Social
@heiderlogatto
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