En Colombia todo es raro; los
sacerdotes deberían ser los más humildes, pero son los que más cómodamente
viven. Manejan camionetas último modelo, porque de por sí, los automóviles casi
no son de su gusto. Tienen gustos mafiosos; camionetas 4x4, cadenas en oro,
relojes lujosos e iglesias con `todas las de la ley´. En Cúcuta, vemos iglesias
que no parecen iglesias, sino el santuario de algún narco. Narco que busca de
pronto la paz y el amor en Cristo. No hay que pensar mal.
Los políticos deberían velar por
nuestros derechos y buscar un bienestar general; pero el único bienestar que buscan,
es el Bienestar Familiar (ICBF) para robarle los recursos y repartirse los
cargos políticos que en él quepan. Son ellos los que Irónicamente, más violan y
vulneran nuestros derechos, nos roban de frente y se quedan con la `platica´ del
ignorante que por un pastel y una gaseosa, les dan todo un presupuesto
nacional.
Los contribuyentes pagamos los
gastos de recintos como el `Honorable Congreso de la República´ Congreso en el
cual debaten sobre el cuánto por ciento de comisión les queda por cada acto
celebrado. En donde deciden cuánto más nos van a cobrar la gasolina sus
familiares que son los dueños de las estaciones de servicio. Crean peajes
costosos, en cualquier vía del país, ya sea urbana o rural, frente a un colegio,
cementerio o iglesia, a la final les da la misma `vaina´ (plata) pues las
familias de estos congresistas son las que ganan las licitaciones de operación,
¡qué coincidencia! Recinto en donde van a `evaluar´ cuál sería el alza en el
salario mínimo, salario mínimo que ni siquiera multiplicado por 30 veces les
alcanza a ellos para tanquear dos carros o mantener dos casas, pero los más pobres
si deben `hacer magia´ para que esta cochinada de salario les dure 30 días
cubriendo necesidades básicas de 5, 6, 7 o hasta más personas que estudian,
pagan transporte, comen, viven en una casa, y necesitan salud. Porque a diferencia
de los `Honorables´ políticos; estas personas visten mal, hacen largas `colas´ para que los atiendan en un
hospital en donde a la final, reciben lo mismo de siempre, una caja de
Ibuprofeno y una de Aspirinas. Sobreviven con 5 o 10 mil pesos el día,
exagerando un poco las cifras, en donde los servicios públicos cada día los
consumen más, asociados con el mismo degenero de estado en el que nos
encontramos.
¡Cómo es posible que una empresa
nos cobre por el agua que es de todos! Se entiende que es un recurso que pertenece
a toda la humanidad, y llegan estos señores de la mano del sucio y corrupto Gobierno,
o muchas veces familias o amigos de la oligarquía, y por abrir un par de pozos
y poner unas cuantas máquinas a trabajar, cobran una fortuna cada año, en donde
el pobre trabaja para darles lo que ellos EXIGEN como prestación del servicio,
y cada día se hacen más ricos a coste del precio y la muerte de un pueblo agobiado
por falta de garantías, de políticas transparentes y de verdad, de gobernantes
comprometidos con la comunidad. Por falta de `personas´ en todo el sentido de
la palabra, de esas personas que ya no existen, de las que la misma corrupción
se a encargado de corromper, oxidar al mejor estilo de un hierro expuesto al
agua y sol, o en el peor de los casos,
callar con un par de balazos al que pudo haber hecho algo por el pueblo.
Tristemente, esto es una serie de
eventos causados por el mismo proletariado, por el mismo obrero, por el mismo
pobre.
Cuando vendemos nuestro voto por
un agua saborizada, por el trabajo para el hermano, por 10 pacas de cemento que
las vendemos a la vuelta de la esquina a la mitad del precio normal, porque nos
den lo del almuerzo o nos `regalen´ lo de la matrícula del hijo. Todo esto lo
hacemos por ¡IGNORANTES!
Tan sólo el día que el pueblo
razone y se dé cuenta que si no
recibimos el pastel, ni el trabajo, ni las pacas de cemento; ese día habrá
oportunidades para todos, habrá cemento de sobra, trabajo en todos los lugares,
y pasteles a más bajo precio.
Heider Logatto Cuadros.
Estudiante de Comunicación
Social.
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