El presidente Juan Manuel
Santos, no sé si es que tiene muchísima confianza en las Farc; o es que su
grado de ignorancia llega a tal punto de tener fe en una negociación viciada de
mentiras y falsedades que desde el principio no tiene pies ni cabeza, porque el
grupo armado ilegal hace exigencias que para el pueblo colombiano son una
demencia total.
No estamos prestos a
aceptarlos como senadores ni alcaldes y menos presidentes de Colombia. Ni
tampoco queremos que se negocie el modelo económico ni social del país, y
rechazamos rotundamente que se inmiscuyan en temas como el agro.
Su palabra tiene tan poco
peso, que los ciudadanos de bien estamos a la defensiva de cada frase redactada
y leída por cualquiera de estos cínicos que se encuentran en La Habana; puesto
que uno de sus últimos anuncios fue el de no secuestrar más, y pese a ello,
como ha sido del conocimiento de todos, 2 policías fueron secuestrados y hasta
el momento no se sabe nada de ellos, entonces ¿Dónde queda el valor de la
palabra y los compromisos? Si eso sucede ahora que nos encontramos en un
diálogo, cómo será la situación cuando estos sujetos tengan el poder político y
nos gobiernen.
El pueblo será asesinado al
mejor estilo de la dictadura Cubana – Castrista, o del nuevo mejor amigo de
Santos, el presidente Chávez que tienen a sus pueblos en un deplorable estado
de pobreza mental y física, apuñalándolos con leyes y decretos que benefician
al verdadero imperio y no precisamente el estadounidense, sino el imperio
comunista que se gesta a la cabeza de Cuba y quienes reciben millones de
dólares anuales producto de la riqueza petrolera de LOS VENEZOLANOS; no del
presidente Chávez.
Señor Juan Manuel Santos, lo
invito a que hable con las familias de tantas víctimas de las Farc, con los
papás de los 2 policías secuestrados, o con los papás de los 3 policías
asesinados vilmente en La Guajira, o con cualquiera de los tantos familiares que
se quedaron sin un ser querido por la sevicia de los terroristas que usted hoy
tiene sentados en igualdad de condiciones con sus títeres que hacen parte del
Gobierno.
Me embarga una tristeza
profunda por el recrudecimiento del terrorismo en este país pujante que quiere
salir adelante y que durante 8 años avanzó tanto en temas de seguridad como de
equidad e igualdad y que hoy, todo eso, lo haya mandado a la basura el Gobierno
de turno y todo por perpetuarse en el poder en una reelección que costará
sangre y lágrimas del pueblo colombiano.
Heider Logatto CuadrosEstudiante de Comunicación Social
@heiderlogatto