jueves, 27 de septiembre de 2012

Yo sí quiero la paz. ¡Las Farc y el Gobierno no!

Quiero que en un futuro mis hijos, sobrinos, familiares y en general todo el pueblo colombiano; camine por la vía de la paz, de la solidaridad, del encuentro entre comunidad para de esta forma albergar en nuestros núcleos sociales, amor, respeto y pasión por mi tierra, por nuestra tierra.

Quiero que se juzgue a los criminales que opacaron, cegaron y acabaron con la vida de miles de compatriotas que hoy, sin duda, fueran un ejemplo más de sociedad en este país sumergido por más de 50 años en una guerra absurda por parte de terroristas como las FARC que se ensañan en la población más débil, como si esto le importara al gobierno que hoy reside en la Casa de Nariño.

Se han equivocado, se han errado del todo aquellos que nos tildan de `enemigos de la paz´ por el simple hecho de levantar nuestras voces y hacer un alto a lo que es un atropello desmesurado para con las mamás, tíos, abuelos, papás, hermanos, etc. que piden a gritos les devuelvan a sus seres queridos; secuestrados, torturados, humillados y asesinados por el grupo terrorista que hoy habla de paz.

Se equivoca todo aquel que nos tilda de `enemigos de la paz´ por el simple hecho de pedir JUSTICIA. La misma justicia que se le aplica a los que se roban un alimento de un supermercado. La misma justicia que se le aplica al sicario que ha matado a alguna persona. La misma justicia que con tajante fuerte rechaza la acción de un ladrón cuando le roba el bolso a una mujer.  La misma justicia que el expresidente Álvaro Uribe Vélez con su mano firme les aplicó a los jefes paramilitares que quisieron hacer y deshacer con este país a su gusto, conveniencia y antojo.

Yo, y sé que millones de colombianos más; queremos una paz verdadera, en donde las acciones del gobierno sean consecuentes para con los actos cometidos por este grupo delictivo que ha atentado contra el pueblo, el estado; contra la misma democracia de la cual hoy esperan ser parte.

No podemos hablar de beneficios más que reducirle la pena un par de años, si es que lo merecen. No podemos de ninguna forma contemplar el indignante INDULTO. El derecho a la igualdad se viola; ¿En dónde quedan las personas castigadas por delitos menores? ¿Cuál es la motivación de las nuevas juventudes? ¿Se gana más siendo Senador de la República o guerrillero de las Farc? Las dudas se siembran y con más arraigo en aquellas personas de corta edad, en donde son formados por las culturas `traquetas´ predominantes en el territorio nacional, el ejemplo a seguir de Pablo Escobar, la corrupción que a diario acostumbramos a ver en los medios de comunicación. ¿Cuál es el ejemplo moral y ético que se le da a un joven?

Claramente y para finalizar este escrito; La paz se ha vuelto el negocio de las Farc, el juego de popularidad del Gobierno falso, mentiroso e hipócrita y la humillación total de las víctimas.

El que comete un acto de barbarie debe pagarlo; así de fácil señor Juan Manuel Santos, así de fácil es la cuestión, y las Farc sin duda, han cometido muchos.

Heider Logatto Cuadros.

@heiderlogatto

Estudiante de Comunicación Social.

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